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BALZAC, EL ARTISTA HABLA DEL ARTISTA

« Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir »

Publicado: 2014-10-17

Balzac, uno de los grandes novelistas de todos los tiempos cuyos temas abordados han causado y causan una profunda admiración tanto por su importancia como por su vigencia, permite en su reflexión no solo conocer el arte sino también al artista.

Balzac enfoca su reflexión en la Francia de su tiempo y su percepción crítica es dura y contundente. La sociedad tiene la mente puesta en tantas cosas pero menos en el arte que para Balzac es una manifestación natural del ser humano; sin embargo, la población no la asimila en su real dimensión, esa crítica a la sociedad despreocupada se da en su no valorización, por ende lo que se llamaría arte se convierte en algo fútil y sin importancia.

La Francia de esa época vive a espaldas de ese elemento que vivifica y honra a los pueblos, por ende no pasaría de ser un pueblo con características aún bárbaras, el espíritu vicioso del conformismo y pusilanimidad reducen toda forma de expresión, el arte, visto desde este punto, carece de todo tipo de valor.

En ese sentido cualquier manifestación artística no pasa más allá de un simple bosquejo, la superficialidad de los comentarios denota crisis en la construcción de discursos que analicen a profundidad el acontecimiento estético, esta pérdida de sentido crítico lleva a la desvalorización de las obras como tal.

La moda es terrible, la gente se deja llevar por comentarios y llama arte a aquello que no ha sentido consciente ni inconscientemente, esta falta de espíritu crítico es lo que en realidad hace daño a la creatividad. La imposición de la moda, en ese sentido es atroz.

Balzac critica la falta total de ese espíritu inconforme, el poco rigor en el análisis empobrece tanto al arte como al artista. El hecho artístico es tomado como un “objeto de lujo” cuya presencia no perturba ni complace, simplemente está allí como lo puede estar una silla o una mesa.

Esta falta de compromiso y entrega denota grandes falencias con respeto a la educación, Balzac está convencido: el artista aún no ha llegado a realizar su gran tarea que es la de sensibilizar las conciencias.

En su análisis intenta encontrar razones del porqué de esas circunstancias; es un acontecimiento de difícil comprensión que incluso puede tener su origen en el rápido paso del tiempo, las cosas cambian muy de prisa y se esfuman tal como aparecieron; en el camino se desencadenan tantas cosas que no hay lugar para la reflexión, solo el consumo y el análisis superficial son admitidos en ese mundo que ve con sorpresa cómo cambia todo de la noche a la mañana.

Es un momento caótico en donde la representación tanto del arte como del artista va a formar parte de lo innecesario, se cuestiona tanto el momento como las circunstancias, un país cuyo valor de reconocimiento se plasma en las obras pero que al no ser tomadas en cuenta reflejan una profunda crisis.

La tradición cultural ha llegado a un punto de quiebre. Se ve que impera lo mundano y superficial, en un pueblo donde el poder de desvalorización del arte es tal no tiene la capacidad de trascender y esa será también la preocupación del verdadero artista: el ser humano y su degradación irremediable.

Balzac siente un profundo desaliento con respecto al lector que no está a la altura de su propia realidad, esta deficiencia lo convierte en un ser fácilmente corruptible.

El artista es llamado para cumplir su rol, su papel en la sociedad es de vital importancia, se pueden dar sucesivos acontecimientos negativos pero está en la integridad del artista la superación de estos, el reconocerse como tal lo lleva a enfrentarse a un sinnúmero de batallas en las que está obligado a demostrar su entereza tanto artística como moral.

Balzac es consciente de la importancia del artista, puede haber dictámenes de un gobierno dado, pero su rol en la sociedad transciende el tiempo y espacio, el artista no puede ser víctima del mundo ni de sí mismo, de su desempeño dependerá la configuración de toda una nación, en ese sentido el escritor francés señala que el artista no debe ni puede desvincularse del medio en que está, al contrario debe saber canalizar todo ese mundo complejo para comprender al propio ser humano, su compromiso es con la sociedad y Balzac entiende este punto y si los problemas son propios de una sociedad se debe empezar por resolverlos, el graficar ese instante de vida inmortaliza al ser humano.

La independencia debe ser absoluta, no se puede estar supeditado a ciertos intereses cuando se tiene intenciones de perdurar, el creador tiene un compromiso para con su sociedad, de su desenvolvimiento dependerán criterios favorables o contradictorios. Pero en esta sociedad tan cambiante, donde todo ocurre vertiginosamente se cree que no hay necesidad del artista, que su lápiz o pincel simplemente están para distraer cuando en realidad se está plasmando la historia de toda una generación, esa banalización del arte se generaliza y extiende hasta tornarse una realidad, por esa razón para muchos el papel del artista es vano e insignificante.

En ese universo múltiple y complejo el artista no puede dejarse llevar por la inmediatez, sabe que su papel es fundamental y Balzac lo cree aún más, apela a un razonamiento lógico que va más allá de la simple preocupación corporal, las leyes del artista escapan al valor convencional. La razón de Ser y Estar en este mundo se debe a un ideal.

Los artistas de quienes nos habla Balzac están dotados de una fuerza moral a prueba de las peores condiciones, incluso se puede cuestionar al artista pero quien sostiene la pluma en realidad es el OTRO, esta fuerza es quien en realidad puede hacer frente a la “miseria humana”, Balzac tiene muy claro el papel del creador en la sociedad, ese rol trascendental perdura por generaciones, la creación de una obra se da por medio de una gran fuerza, en ella está incrustada toda una nación compleja.

"On peut dire qu’une meilleure connaissance de la vie, du tempérament et du caractère de Balzac ne modifie pas en profondeur l'idée qu’on se fait de son œuvre: qui se suffit à elle-même et a conquis une sorte d’existence "objective" en dehors de lui. La Comédie humaine existe comme l’Himalaya: elle est là, in se it per se". (Vachon: 1994, 433).

Es una lucha titánica que libra a costa incluso de su vida, y en esa realidad se da entre el pensamiento y el dinero, entre el artista y el acaudalado, son dos mundos contradictorios pero complementarios, el artista entiende su compromiso y el otro su frivolidad.

El artista está en constante descubrimiento, trata de darle forma y belleza a lo ruin y banal, su misión es otorgar belleza a lo imposible, el gran poder de imaginación es el que puede cambiar una propuesta arcaica. Es el poder de imaginación la gran y única arma de los artistas, tienen la capacidad de cambiar circunstancias que se creían perdidas, el artista en su independencia puede interpretar el mundo y desde ese momento manifestar su compromiso con la sociedad, el papel del arte es plasmar una manifestación de vida, es expresarse de la forma más libre.

En el intento de plasmar el arte, el creador no requiere de casi nada, se conforma con lo básico, Balzac en este apartado es puntual, para hacer una obra de arte no es necesario tener dinero o vivir en la opulencia, el artista puede crear una obra maestra incluso en la miseria.

Balzac está convencido que el artista debe ponerse en la piel tanto del rico como del pobre, del bueno como del malo, de dios y del diablo, el artista debe hurgar en todas las pasiones que afiebran y quebrantan a los hombres, debe ofrecerlo todo sabiendo que quizá nunca saldrá beneficiado, su meta simplemente es hacer aquello para lo cual ha nacido: analizar e interpretar el mundo.

"L’artiste qui s’abandonne à la passion ou à l’enchantement des sens réduit le pouvoir de la pensée et ne peut rien produire. L’œuvre d’art authentique est un phénomène d’incarnation, elle suppose la rencontre de la pensée et du sentiment, la fusion de l’esprit et de la matière, la pénétration de l’idée et du fait..." (Eigeldinger: 1998, 93).

Este artista tiene que lidiar constantemente con fuerzas adversas, tanto la sociedad como su propio ser serán los que en definitiva prueben su fortaleza moral, está propenso a ser acusado con los adjetivos más duros, es criticado y aborrecido pero aun así, a pensar de esos obstáculos, tiene que mantenerse incólume, imperturbable, puede carecer de todo pero siempre se tendrá fe así mismo.

Balzac parece tener muy claro que el verdadero artista es aquel que no está envilecido por el dinero, ni la moda ni el “yoismo”, sostiene que solo una persona desprendida puede entregarse de cuerpo y alma a sus anhelos, de ese modo supone que el acaudalado es muy poco probable que pueda abrazar un arte tan difícil como el de la creación artística.

"Les fils d’un millionnaire ou d'un patricien, bien pensé, bien nourri, accoutumé à vivre dans le luxe, est peu disposé à embrasser une carrière dont les difficultés rebutent" (Balzac: 1996,713)

Está convencido, el artista es aquella persona que trabaja denodadamente sabiendo que no recibirá retribución alguna, solo un espíritu que va más allá de los afanes personales puede llegar a esos niveles, ello implica incluso carecer de lo básico, el artista puede y tiene que enfrentarse con el hambre para cumplir con su meta, está entregado a la miseria voluntaria.

El arte por contrario a lo evidente y mediocre, se concentra en su esencialidad, es imposible hacer arte o hablar de él sin conocerlo bien, el arte exige profundidad, va más allá de lo fácilmente perceptible, en ese sentido implica cierto análisis, cierto conocimiento de lo que se tiene y se está buscando.

Balzac sostiene que en el arte se debe aprender a entrar, tiene que realizarse una profunda empatía entre el ser humano y el arte para su mejor comprensión, ese momento placentero solicita comprensión y análisis, ello ayuda a entender una manifestación artística.

El artista, por lo general, está en la búsqueda de aquello que nunca encontrará pero que busca denodadamente, es un rebelde sin causa, su intención no es dar la contra sino buscar una razón a esa posición, el artista está abocado a la búsqueda de imposibles, ello implica que pocos hombres puedan llegar a ella, en este mundo tan cambiante, donde todo sucede tan rápidamente, la gente no se da tiempo para analizar ni menos para pensar, este solo acto lo aleja del arte, Balzac nos hace ver que el arte amerita una gran fuerza moral, una disciplina rigurosa y sobre todo conciencia de lo que se está descubriendo.

Pero el artista no solo tiene que lidiar con la cotidianidad, sino también con la incomprensión, el artista es eminentemente incomprendido, su fuerza y genialidad no es tomada en cuenta, es decir no tiene valor en el mundo mercantil.

El compromiso del artista implica incluso no rehuir al sufrimiento porque es parte esencial del trabajo creativo, este sufrimiento tanto espiritual como físico lo llevan a plasmar la esencia de lo imperecedero, el quehacer convierte la banalidad en verdadero objeto de arte. Es en esta irremediable decisión cuando ese ser humano se da cuenta que no es más que un simple instrumento:

"Tel est l'artiste: humble instrument d'une volonté despotique, il obéit à un maître. Quand on le croit libre, il est esclave; quand on le voit s'agiter, s'abandonner à la fougue de ses folies et de ses plaisirs, il est sans puissance et sans volonté, il est mort" (Balzac: 1996,711).

El artista no tiene más opción que continuar aquello que se ha trazado durante toda su vida, esta entrega es total y sin condiciones.

Dentro de la concepción artística, Balzac reconoce el rol fundamental del creador, este no puede estar a espaldas de la sociedad, el camino es largo y tortuoso, pero sobre sus hombros está la suerte de mucha gente.

Balzac recalca la paradoja y contradicción en el artista, este da todo de sí, se esfuerza, analiza comprende y sin embargo la sociedad lo excluye, hasta llegar incluso que la auto exclusión se imponga sobre el mismo artista, este problema de segregación es una constante en todos los pueblos, se habla del artista excluido, incomprendido, cuando debería ser todo lo contrario; sin embargo, parece que este elemento es una característica necesaria e innata para el artista, esta paradoja será la maldición eterna que los seguirá por siempre.

Balzac no concibe al artista como un ser feliz, debido a su compromiso con la sociedad el creador está más propenso a la desdicha, no hay artista puro que salga bien librado de este designio trágico pero es en esta infelicidad que el artista encuentra paradójicamente, su verdadera satisfacción y felicidad.

Balzac otorga al artista la cualidad de ser batallador, este hombre dotado de sensibilidad tendrá que enfrentarse al dolor por el resto de sus días, solo aquel que está convencido puede llegar a caer tan bajo y del mismo modo puede llegar a lo más profundo de los corazones.

"Ainsi, tout homme doué par le travail, ou par la nature, du pouvoir de créer, devrait ne jamais oublier de cultiver l’art pour l’art lui-même; ne pas lui demander d'autres plaisirs que ceux qu’il donne, d’autres trésors que ceux qu’il verse dans le silence et la solitude..." (Balzac: 1996, 720).

El verdadero artista ya tiene su destino marcado, no tiene otra opción, Balzac elogia el desprendimiento y arrojo, esa decisión lo hace imprescindible. Dentro del campo de la literatura por ejemplo el escritor tiene que enfrentarse a una lucha titánica y para ello es imprescindible muchos recursos tales como el estilo.

"Le style est transformation, condensation et concentration, du contenu comme de l’expression, indissociables dans l’acte même de leur mise en forme comme dans celui de leur réception par le lecteur (Herschberg- Pierrot: 1998, 142).

Todo ello es un requisito indispensable para que un creador pueda enfrentarse a su destino, el artista para Balzac es aquel que está comprometido plenamente con su sociedad, al artista le puede pasar miles de desgracias en un solo día, pero lo más importante para él será la realización de su obra maestra.

La literatura no es un pasatiempo, no es diversión, no es placer, la literatura es pasión, es fuego, es vida.

BIBLIOGRAFIA

- Balzac, Honorato. "Des artistes" article publié dans la silhouette en 1830, œuvres diverses Vol. II, Bibliothèque de la pléiade 1996. p. 7076 720

- Balzac et le style (études réunies et présentées par Anne Herschberg- Pierrot), Editions Sedes, Saint-Just-la-pendue, 1998.

- Marc Eigeldinger. La philosophie de l'art chez Balzac. Slat kine reprints, Genève, Suisse, 1998.

- Balzac une poétique du roman (sous la direction de Stéphane Vachon- Groupe International de recherche Balzaciennes. XYZ- editeur, Québec, 1994.

Datos del autor:

Abraham Prudencio (Perú, 1979). Es candidato a Doctor en literatura por la Universidad Paris X- Nanterre. Magíster en Literatura General y Comparada por la Universidad Paris III -Sorbonne Nouvelle. Licenciado en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado La vida no vale nada (relatos, 2005) El día de mi suerte (novela, 2006) Hojas de Otoño (nouvelle, 2009), Atahualpa, el inca que nunca muere (ensayo, 2011) Ella soñaba con el mar (nouvelle, 2012) Ha dictado conferencias como profesor invitado en la universidad Paul Valéry-Montpellier 3 y en la universidad Complutense de Madrid. Asimismo colabora en diversos medios literarios. Ha sido finalista del Premio Internacional Juan Rulfo 2008. Radica en Francia.


Escrito por

Abraham Prudencio

Escritor. Docente universitario. Radica en París, Francia.


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